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La vida dura de los perros de una millonaria, Ricos de cuatro patas
Un refrán popular dice: “más vale ser perro de rico que santo de pobre”. Parece que esta frase no falta a la verdad. Por lo menos, lo demuestra completamente la historia de las mascotas de la millonaria francesa, Jeanne Augier, que podrían entrar en la historia como las más afortunadas del mundo.
Estos canes llamados Lilí y Lulú pueden despertar entre los humanos muchas envidias ya que tienen hasta criados a su servicio que cumplen todos sus caprichos.
Los animales deben su ‘dulce vida’ a Augier, una de las mujeres más ricas de Francia, que los quiere con toda su alma y no limita los gastos destinados a sus mascotas. “No tengo a nadie. Pero soy feliz de regresar a casa y ver que estos dos me esperan y me aman. Cuando nadie nos espera, es triste, ¿verdad?” afirma.
Para ella, estos perros son mucho más gratos que el resto de las personas que conoce. “Si usted acaricia a un animal, este será agradecido con usted. Si hace lo mismo con un humano, a veces no le dirán siquiera gracias”, cree.
La francesa posee el legendario Hotel Negresco, un lujoso lugar de Niza, donde descansaron Pablo Picasso, Salvador Dalí y Ernest Hemingway, y el afecto de la millonaria a sus canes se nota aún más en las salas de residencia. No sólo está a la disposición completa de estas dos mascotas, sino también está decorada con los elementos, creados para inmortalizarlos.
Allí el retrato de Lilí está colgado junto a los de reyes y célebres visitantes. En la colección también figura un lienzo con la imagen de otro favorito de Augier: su gata Carmen. Este felino quizás inspiró en su tiempo a los creadores de la historia de Garfield y la verdad es que es muy parecida al célebre personaje.
Desde hace tiempo, los ‘mejores amigos’ de Augier son famosos en todo el país. Se convirtieron en estrellas después de que se propagaron los rumores sobre la inmensa fortuna que heredarían de la afortunada anciana. “Si supieran qué cantidad de cartas recibo con peticiones de ayuda. Saben, hay personas que merecen que les socorra, pero hay otras que no. Es que ellos piensan que tengo una máquina de hacer dinero aquí. No puedo ayudar a todos, pero me agrada a veces lo hago. Por ejemplo, compro perros para los ciegos. No recuerdo cuándo, pero adquirí unos seis”.
Con el tiempo, los chismes fueron desmentidos. Como está previsto, la herencia de Auigier pasará a un fondo benéfico creado para financiar asilos para mascotas. Mientras tanto, Lilí y Lulú no pueden sentirse decepcionados. No importa quién se llevará el premio gordo en el futuro, pero por ahora todos sus antojos siguen cumpliéndose.
Via RT