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Dios no creó el Universo, afirma Stephen Hawking
En su obra más popular, A Brief History of Time (Una Breve Historia del Tiempo), un texto de divulgación sobre el Universo y su evolución, Hawking, físico teórico reconocido internacionalmente por sus aportaciones en cuestiones de cosmología, agujeros negros y gravitación cuántica, sugería que "si llegamos a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana porque entonces conoceríamos la mente de Dios". Ahora sostiene que, del mismo modo que el darwinismo eliminó la necesidad de un creador en el campo de la biología, las nuevas teorías de la física hacen redundante el papel de un creador del Universo. El último libro, escrito junto al físico estadounidense Leonard Mlodinow, saldrá a la venta el próximo 9 de septiembre, una semana antes de la visita del Papa a Reino Unido.
Los argumentos actuales de Hawking sugieren que ha roto con su visión anterior acerca de la religión, cuando sostenía que las leyes de la física significaban que sencillamente no era necesario creer que Dios hubiera intervenido en el Big Bang. Ahora destaca, por ejemplo, que el descubrimiento del primer planeta extrasolar, en 1992, ayudó a desmontar la visión de Isaac Newton de que el Universo no pudo surgir del caos sino que fue creado por Dios. Ese hallazgo "hace que las precisas condiciones de nuestro sistema planetario -el Sol único, la afortunada combinación de la distancia Sol-Tierra y la masa solar- sean mucho menos llamativas y en absoluto evidencias convincentes de que la Tierra fuera cuidadosamente diseñada para satisfacer a los seres humanos", escriben Hawking y su colega en el nuevo libro.
El físico británico ha cumplido 68 años y padece desde hace décadas una gravísima enfermedad neurológica, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que paralizó su cuerpo casi por completo. Debido a una traqueotomía de urgencia que se le practicó hace unos años, perdió la capacidad de hablar y se expresa con enorme dificultad a través de un ordenador que maneja con sus ojos y un sintetizador de voz artificial.
Hawking ocupó, desde 1979 y hasta su reciente jubilación, la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge, que había sido de su histórico colega Isaac Newton.