Curiosidades y Artículos
HAY TRABAJOS PEORES QUE EL SUYO
Un sitio en Internet describe decenas de los peores empleos de la historia. Un paseo por estas páginas lo hará reconciliarse con su actual trabajo. Y como no podía ser de otra manera, la Edad Media tiene su capítulo aparte. ¿Quién no ha soñado con ser un caballero en una refulgente armadura? Para acceder a ese noble empleo -que puede llegar a durar muy poco si son épocas bélicas- hay que ser primero escudero.
Los aspirantes a caballero debían servir como escuderos durante cinco años (de los 13 a los 18). Este trabajo tenía dos tareas principales: cambiarle la armadura al caballero si ésta se rompía en combate y limpiarla al final de la batalla. Para la primera faena el joven debía lanzarse sin protección y a pie al medio de la escaramuza para darle la armadura nueva a su amo.
Pero la segunda tarea requiere todavía más valor: cuando la batalla concluye, el jefe necesita que lo ayuden a quitarse la armadura para que sea limpiada mientras él se va de copas. Los largos y cruentos combates que duraban a veces días aseguraban que la armadura desbordara de barro, sudor, sangre, caca y pis.
Una página en Internet describe las miserias por las que muchos esmerados trabajadores han tenido que pasar para ganarse el pan. Pasen y vean: los peores empleos de la historia.
Otro oficio cuestionable es el de «recolector de sanguijuelas». La forma más efectiva de atraparlas es (Ud. ya se lo imagina) transitar con las piernas descubiertas por los infectos pantanos y lagos donde prosperan estas reinas de las babosas. Cuando sus miembros ya están plagados de estas inmundicias Ud. sale del agua y se apura a quitarse los parásitos, para que no lo dejen anémico.
Si Ud. tiene buena presencia y es hábil en las relaciones interpersonales un puesto apropiado podría ser el de verdugo. Allí conocerá personas muy interesante aunque las verá por única vez. Su función será la de separar la cabeza del cliente del resto del cuerpo y entre sus responsabilidades se pueden contar: hervir algunas de las cabezas y colocarlas en picas en lugares públicos.
El trabajo de parrillero del Rey no es de los peores, pero la paga no es muy buena: se deberá contentar con las sobras de la deliciosa carne asada luego de que el soberano, los nobles, los cocineros, las sirvientas y los perros hayan comido a gusto.
Ingrese a las páginas de Los Peores Trabajos de la Historia. Hay un puesto inhumano esperándolo.
noticiaslocas.com