Curiosidades y Artículos
Historia de la máquina de coser
Las máquinas de coser por el grado de especialización se dividen en:
Maquinas de coser de uso doméstico,Industriales, Universales, específicas,mecánicas,autómatas y electrónicas.
Su función principal es la formación de puntadas a gran velocidad, que consiste en el entrelazamiento de dos hilos, para unir telas entre si. El hilo de arriba lo suministra la aguja que atraviesa las telas para enlazarse con el hilo de abajo, enrollado en un carrete o bobina.
Para mover la aguja están los mecanismos de la parte superior de la máquina y para suministrar el hilo de abajo existe la bobina.
Existen máquinas que realizan cada una distinta puntada.
La primera máquina de coser fue patentada en 1790 por el inventor británico Thomas Saint. La máquina de Saint, que estaba diseñada para coser piel y tela, usaba un único hilo y formaba una puntada en cadena. No se usaba aguja sino una lezna para perforar el material que se estaba cosiendo. Otro mecanismo colocaba el hilo a través del agujero, tras lo cual una vara parecida a una aguja con un punto hendido llevaba el hilo a través de la parte inferior, donde un gancho recogía el hilo y lo llevaba a la parte delantera para la siguiente puntada. Cuando el ciclo se repetía se formaba un segundo bucle con el primero en la parte inferior de la prenda, creando así una cadena y el cierre de la puntada. Sin embargo, la máquina de Saint nunca pasó del prototipo.
La primera máquina práctica de coser fue la fabricada en 1829 por el sastre francés Barthélemy Thimonnier. Éste empleaba una aguja en forma de gancho que se movía hacia abajo mediante un pedal y volvía a su posición inicial mediante un muelle. Al igual que la máquina de Saint, ésta producía una puntada en cadena. Cuando Thimonnier instaló 80 de sus máquinas en una empresa de confección, los sastres de París lo llevaron a la quiebra y terminó por morir arruinado en Inglaterra.
La primera máquina de puntada cerrada fue creada por el inventor estadounidense Walter Hunt hacia 1834. La máquina, que empleaba al mismo tiempo una aguja con un ojo en la punta y una lanzadera oscilante, no se patentó en el momento de su invención, de forma que cuando más tarde Hunt intentó obtener una patente, su petición fue desatendida por motivos de abandono. Trabajando de forma independiente el inventor estadounidense Elias Howe desarrolló una máquina que contenía los mismos elementos básicos que la de Hunt y la patentó en 1846.
Otro inventor estadounidense, Isaac Merrit Singer, patentó una máquina de coser Singer similar y Howe ganó la demanda que interpuso contra él por usurpar su patente. Singer, sin embargo, fue responsable de la combinación de varias patentes en el campo de las máquinas de coser y de sentar las bases para la producción en serie de estas máquinas.
Hoy en el mercado existen infinidad de máquinas. Las más modernas trabajan similar a un computador. Son programables y hacen infinidad de detalles.
Al comprar una máquina vaya a un proveedor de confianza, pregunte por la garantía y exija que le hagan una muestra de su funcionamiento. No olvide que debe tener un catálogo. Lealo y utilicelo hasta que aprenda a manejarla.