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Historia y origen de como se descubrió la penicilina
La penicilina es un antibiótico empleado en el tratamiento de infecciones provocadas por bacterias. La penicilina fue el primer antibiótico empleado en medicina y su descubrimiento es atribuido a Alexander Flemming, que junto con otros científicos médicos obtuvieron el premio Nóbel de medicina en 1945 gracias al importantísimo aporte que significó para la medicina.
El descubrimiento de la penicilina ocurrió de una forma un tanto casual y fué relatada por el propio Flemming que en la mañana del 28 de septiembre de 1928 se encontraba estudiando cultivos de bacterias en el sótano del laboratorio del Hospital St. Mary, en Londres.
Flemming se había ausentado durante un mes de Londres y al regresar observó que muchos cultivos estaban contaminados y los depositó en una bandeja de lysol. Luego comprobó que en una de las placas que no habían sido lavadas todavía se veía una zona transparente alrededor del hongo lo cual demostraba la presencia de destrucción celular.
La observación inmediata lo llevó a la conclusión de que se trataba de una sustancia que procedía del contaminante y a partir de ese momento dirigió sus investigaciones a aislar y cultivar el hongo y estudiar los microorganismos que eran sensibles al mismo.
A finales del siglo XIX ya se conocían algunos pocos componentes químicos que podían eliminar gérmenes de manera selectiva y ya estaba instalada la idea dentro del mundo de la medicina que los microorganismos eran los causantes de muchísimas enfermedades.
Al mismo tiempo se pudo comprobar mediante observaciones in vitro e in vivo que algunos hongos ejercían una acción antibacterial. Finalmente Flemming logró aislar y cultivar el hongo que fue identificado como Penicillium notatum, aunque en ese momento no se le dió importancia a la noticia.
Recién dos años después, en 1930, un antiguo alumno de Flemming pudo demostrar la utilidad de la penicilina para la medicina tratando con éxito a tres pacientes que padecían de oftalmia neonatal.