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Internet revela la identidad de 2.600 empleados de la CIA
Los buscadores de Internet pueden utilizarse para conocer información sobre su jefe, empleados o su futura pareja. También para localizar algunas de las bases secretas de CIA e identificar a algunos de sus trabajadores, según revelaba ayer el diario Chicago Tribune. Un portavoz de la agencia de seguridad admitía tras conocer el caso que "el secreto se ha convertido en un tema complicado en la era de Internet".
Los datos utilizados por Chicago Tribune para concluir que determinadas personas formaban parte de la agencia estatal de inteligencia provenían de bases de datos en las que es necesario realizar un desembolso para obtener información. Muchos de los miembros de la CIA incluidos en la lista obtenida por el periódico no eran agentes encubiertos, pero según reconoció la propia agencia otros si que lo eran.
La identificación de los trabajadores de la CIA fue posible, según el diario tras el cruce de datos como listados de números de teléfono, transacciones inmobiliarias, registros de votación, impuestos y otra información legal y financiera. Chicago Tribune localizó, además de a 2.653 personas que trabajan para la CIA, una docena de instalaciones de esta agencia en Chicago, Virginia, Florida, Ohio, Pensilvania, Utah y Washington. Una de ellas es un área de entrenamiento conocida por el nombre de ‘La Granja’, que fue un secreto bien guardado durante décadas.
También se buscan datos personales
El caso de la CIA y el Chicago Tribune no es el único en el que los buscadores e Internet en general se utilizan para obtener datos que de otra forma serían inalcanzables. Estas herramientas se han convertido en un gran aliado a la hora de realizar averiguaciones sobre sus empleados, su jefe o sus pretendientes.
Un elevado porcentaje de las 2,9 millones de consultas mensuales que recibe Google en EEUU responde a pesquisas que buscan obtener datos sobre la vida privada, el trabajo y los gustos de otras personas, aunque en ocasiones esta actividad pueda desembocar en sorpresas desagradables. Una encuesta realizada en 2004 por Harris Interactive para el buscador Dogpile señalaba que más de 23% de los usuarios adultos de Internet en EE UU habían utilizado en alguna vez los buscadores para encontrar información sobre sus clientes, trabajadores o futuros empleados. La mayoría dijo que lo hacía por curiosidad.
El uso de la Red se ha extendido tanto por el tejido social que en la actualidad es sencillo encontrar todo tipo de datos, no sólo los relativos a las actividades del Gobierno. Los internautas se interesan cada vez más sobre datos personales que van desde las aficiones hasta el número de cuenta bancaria o la fortuna personal. Hay padres que googlean a sus futuros yernos, empleados que quieren saber más de sus jefes y, por supuesto, jefes que desean saber de las costumbres de sus subordinados.
Las búsquedas en Internet, comúnmente a través de Google, se utilizan también para comprobar datos sobre el último ligue o pretendiente. Hacerlo puede deparar sorpresas inesperadas, como la que según medios locales se llevó Pam Smith, una estadounidense que descubrió gracias a la Red que el hombre con el que había salido en tres ocasiones era una de las personas más buscadas del estado de Maine. "Era el chico más amable que puedas imaginar conocer (…), pero ahora me siento como una loca", afirma tras el descubrimiento.
David Holtzman, experto en privacidad de datos en Internet y director de GlobalPOV, afirma que este fenómeno "comenzó hace unos dos años en EEUU, pero posteriormente se ha ido trasladando a otros países". El presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, fue el año pasado una de las víctimas de estas prácticas. La página especializada en noticias tecnológicas News.com utilizó al directivo como ejemplo para explicar lo fácil que es encontrar datos sobre otra persona en Internet, y a Schmidt no le hizo ninguna gracia. Pero "la gente se tendrá que acostumbrar a la idea de que otras personas puedan conocer más sobre su vida de lo que a ellos les gustaría", según Holtzman.
Todos tenemos un pasado
Lo que originalmente era un campo limitado a grandes estrellas del mundo del espectáculo o la política se ha convertido en la pesadilla de miles de personas anónimas que ven cómo su vida privada pasa de un ordenador a otro con la rapidez de un clic. "Antes sólo aparecían en Google las personas famosas, sin embargo, en la actualidad cualquier información personal puede aparecer en el ordenador de alguien que nos busque en Google", asegura Holtzman. El experto afirma además que "la mayor parte de la gente no sabe que sus datos privados aparecen en Internet.
Jacob Nielsen, gurú de la usabilidad de las páginas webs, publicó recientemente una lista de diez puntos en la que enumeraba lo que a su juicio son los errores más comunes de los blogs. En noveno lugar de esta lista figura "olvidad que escribes para tu futuro jefe". Nielsen sostiene que cuando se escribe algo en Internet se debe pensar la impresión que esa información dejará dentro de diez años en alguien que nos tiene que dar trabajo. Parece que no le falta razón.
Elpais.es