Curiosidades y Artículos
La historia de la empanada y sus muchas variantes
Es un snack que es casi tan antiguo como la humanidad. Nacieron en la antigua Persia, en la Mesopotamia de Oriente Medio, mucho antes de la edad de Cristo. Surgieron con nombres como esfiha o fatay (una variante de la empanada que consumimos en la actualidad con el mismo nombre), y son uno de los tantos productos hojaldrados que nacieron en esa región.
Es que la forma de preparación y la posibilidad de rellenarlas con lo que se quieran, las transformaron en su momento en un producto muy popular entre los árabes. Las viejas empanadas tenían una mezcla de carnes y algo de cebolla, a las que se le agregaban jugos de frutas y verduras para condimentarlas.
Se las solía transportar durante varios días en las alforjas de los mercaderes, lo que las llevó a todas partes del mundo, convirtiéndolas en uno de los snacks más populares del mundo. Las invasiones árabes a España durante el siglo VIII las introdujeron en la península Ibérica y cuando los españoles recuperaron su territorio, encontraron que las empanadas ya eran parte de la cultura de ese territorio.
Para mediados de siglo XVIII, se masificaron en España y países cercanos gracias al aporte de los moros en el sur del reino. Eventualmente llegaron al Virreinato de la Plata, donde cobraron la misma popularidad que en el Viejo Continente, gracias a su facilidad de preparación, pero además porque llevaban carne y se freían en grasa, dos productos que abundaban en la joven Argentina.
Hoy en día están asociadas a las gestas del 25 de Mayo y 9 de Julio como parte de las postales de la Revolución de Mayo y la Independencia. Es que eran sin lugar a dudas el snack más popular de la época, con decenas de vendedores recorriendo las calles de la vieja Buenos Aires. Eventualmente se extendieron a todo el territorio nacional logrando casi tantas variantes como provincias.
Un aspecto que genera polémica entre los argentinos, es si la empanada criolla lleva o no pasas de uva. Tal es la grieta en ese sentido que se trata de bandos irreconciliables entre aquellos que aman lo agridulce y los que lo detestan. Un estudio reciente de la firma de delivery de empanadas en todo el país, PedidosYa, aportó un dato muy interesante: el 73% de los argentinos prefiere las empandas sin pasas.
Variantes regionales
Salteñas: una de las más conocidas a nivel nacional e internacional, su relleno cuenta de carne cortada a cuchillo, cebolla de verdeo, comino y entre sus características están la papa hervida cortada en cubos, y en algunas regiones de la provincia le agregan arvejas.
Tucumanas: consideradas por muchos como las “empanadas criollas”, están rellenas de carne picada o cortada a cuchillo, cebolla, huevo duro picado, aceitunas, ají molido y pimentón. Para decepción de muchos, la receta original no cuenta con pasas de uva.
Chaqueñas: una de las empanadas más exóticas del país, están rellenas de dorado frito, tomate, cebolla y albahaca. Una de las pocas que incluye pescado de río en su preparación.
Patagónicas: haciendo uso de una de las carnes más ricas de la zona cordillerana, las rellenan con cordero salteado con cebolla de verdeo y, en algunos casos, hongos secos. En la costa, las rellenan con mariscos cocidos en salsa de tomate similares a una cazuela.