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Microsoft y Activision: los temores de los jugadores y los editores
Quien sea aficionado a los videojuegos, probablemente haya visto la noticia de que Microsoft ha llegado a un gran acuerdo para comprar Activision Blizzard, los creadores de juegos como Call of Duty y Candy Crush. De hecho, cualquier persona interesada en la tecnología se habrá interesado por la noticia. Al fin y al cabo, cuando se cierre el acuerdo por unos 69.000 millones de dólares (60.000 millones de euros), será la adquisición más cara de la historia de la tecnología.
Sin embargo, hay muchas objeciones al acuerdo, sobre todo por parte de abogados antimonopolio que creen que Microsoft, propietaria de Xbox, será demasiado poderosa cuando adquiera también la biblioteca de juegos de uno de los desarrolladores más importantes del sector. Estos abogados están impugnando la adquisición en los tribunales, pero la mayoría de los expertos creen que se cerrará y se llevará a cabo antes de que acabe el año.
El miedo a las exclusivas de las consolas
Sin embargo, otras partes han planteado sus temores sobre lo que podría ocurrir. El temor inicial era que hubiera más exclusivas de consola, es decir, que un juego -digamos Call of Duty- pasara de repente a estar disponible sólo en Xbox, lo que significaría que los jugadores de PlayStation no podrían jugar en sus consolas. Sin embargo, el director general de Xbox se apresuró a calmar esos temores afirmando que el acuerdo no conllevaría más exclusivas para las consolas.
Sin embargo, también se han planteado cuestiones por parte de los editores de juegos más pequeños e independientes, que creen que la expansión de las bibliotecas de juegos de las grandes marcas (PlayStation hace que Sony también llegó a un acuerdo para comprar Bungee, que hace juegos como Halo, recientemente) llevaría a que fuera más difícil que sus juegos se hicieran populares. Es una teoría interesante, que implica predicciones para el futuro de los juegos.
Los recientes movimientos de Sony y Microsoft para comprar bibliotecas de juegos forman parte de una tendencia que sugiere que el contenido, y no el hardware, es crucial para el futuro de los juegos. La consola en sí empezará a ser menos importante que el contenido. Esto se debe a una serie de factores, como la mejora de las conexiones (5G), la tecnología de streaming, etc. Podemos ver los inicios de esto en opciones como Xbox Game Pass, donde los jugadores pagan una suscripción para acceder a una biblioteca de juegos que se pueden jugar en cualquier dispositivo.
El concepto de jugar en cualquier lugar sigue el modelo de los casinos online
En cierto sentido se sigue el modelo de la industria de los casinos online. Una marca de casino es accesible en cualquier dispositivo, y los jugadores saben que pueden encontrar opciones como tragaperras para jugar en un smartphone, un PC o una tableta. El dispositivo no es tan importante como el contenido accesible. La industria del juego va en la misma dirección.
Sin embargo, los temores de esos editores independientes se centran en ese modelo. Si puedes pagar 10 o 20 euros al mes para acceder a Game Pass, o a un equivalente de Sony, que ofrece todos los mejores juegos, ¿por qué pagar dinero para comprar un juego individual de un editor más pequeño? El miedo para ellos es muy real. Es como el efecto Amazon, donde todo está disponible en una sola plataforma. Disuade a los jugadores de probar las marcas independientes más pequeñas.
Puede que el acuerdo de Microsoft para comprar Activision se detenga en los tribunales. Pero los jugadores serán conscientes de que esto no puede impedir que la industria cambie. ¿Resultará positivo para ellos y para los editores independientes? No lo sabemos, pero algunos están comprensiblemente preocupados.