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Norteamericano, que convierte Spam en Dinero
Hace ocho años el norteamericano Daniel Balsam dejó su trabajo en marketing y se ocupó de algo totalmente contrario: ahora vive por el dinero que recibe de los que quieren ofrecerle algo comercial. Su trabajo no tiene un nombre reconocido, pero sí que tiene una efectividad admirable según informa AP, por 8 años Balsam recibió más de un millón de dólares. ¿Y qué hace? Combate el spam.
El consecutivamente lleva a los tribunales a las compañías que le bombardean con las propuestas de agrandar ciertas partes de su cuerpo, comprar los medicamentos increíblemente baratos y disfrutar de unas vacaciones magníficas. Y lo hace con la ayuda de la ley de California, precisamente la parte que prohíbe prestar la información falsa, de la que en abundancia contiene el spam. Balsam hasta recibió la enseñanza jurídica especialmente para mejorar las capacidades en su nueva profesión.
En su sitio afirma, que se ocupa de ella, porque quiere reducir la cantidad de spam en Internet, dice que con la ayuda de los tribunales las compañías son forzadas a pagar por las cartas, que de otra manera no les cuestan nada, y llama a todos los usuarios a apoyarle en su actividad. El apoyo le serviría: según los datos actuales, spam presenta unos 90% de todos los mails en la red y más de 50 casos ya han sido ganados por el combatiente, son más un tema a discutir que el golpe verdadero a la industria.
Pero si no hablar de los objetivos tan lejanos, el fin de llevar la vida acomodada lo cumple, confortablemente gana casi todos sus procesos contra los que le envían spam y, más de eso, recibe bastante dinero de los que no quieren pasar el caso a los tribunales y prefieren arreglar los problemas antes. La verdad es que de eso con bastante frecuencia le acusan, creyendo que realmente lucha no contra el ‘correo basura’, sino solo por dinero.
Argumentan, que, por ejemplo, tiene unas 100 direcciones del correo electrónico y que en sus demandas pide poco dinero, que estimula a las compañías resolver los casos antes del Tribunal. Pero, por qué no debe tener su propio interés, en su negocio propiamente inventado, y en lo que igualmente ayuda a casi todos aquellos que tienen un ordenador.