Curiosidades y Artículos
Parque Nacional Río Pilcomayo
Por su relevancia bio-ambiental, esta reserva fue incluida en la lista de los humedales de importancia internacional (Convención Ramsar). La geografía y los desniveles del terreno facilitan la diferenciación de los sectores inundables, originando la diversidad ecológica de la zona.
Casi toda el área protegida está cubierta de pastizales y palmeras. En los bajos se extienden los esteros y en los puntos más altos, las isletas de monte. La palma blanca o caranday alcanza los 14 metros de altura y posee hojas palmadas de color verde glauco. Las cotorras, el carpintero cabeza pajiza y el loro ñenday anidan utilizando los huecos de sus troncos. Los murciélagos como el moloso cola larga grande también se refugian en estas palmeras.
Las zonas de escasos declives, con muchos esteros y lagunas, soportan inundaciones periódicas que alternan con épocas de sequía y crean en verano vastas extensiones anegadas. En estos espacios abiertos son comunes los ñandúes y grupos de chuñas de patas rojas.
Además de la variedad de carpinteros que distinguen a esta área protegida, se encuentran aves como el surucuá común, el trepador castaño y la choca listada. Los esteros, cañadas y lagunas concentran poblaciones de aves acuáticas como las cigüeñas americanas, tuyuyú y yabirú, que lucen un brillante cuello rojo y negro que contrasta con el blanco de su plumaje. Las garzas son comunes en las orillas, donde buscan peces, ranas y reptiles para alimentarse.
Otro animal característico de la zona es el aguará guazú, un zorro solitario, tímido y de hábitos nocturnos. Este mamífero de gran tamaño, que se encuentra en peligro de extinción, posee largas extremidades que le permiten moverse con agilidad en los vados. Los monos caí, carayá y mirikiná o mono de noche habitan los montes de quebracho colorado chaqueño, lapacho y urunday y las selvas del río Pilcomayo. En los bosques conviven el oso melero o kaaguaré, que trepa a los árboles para alcanzar los avisperos y termiteros, y los coatíes, que se mueven en grupos.
En el espejo de agua más grande del Parque Nacional, la laguna Blanca, de 800 hectáreas de superficie, conviven dos especies de yacaré: el overo y el negro, ambas en peligro de extinción.
El área estuvo habitada a lo largo de miles de años por grupos indígenas que explotaron diversos recursos del medio ambiente ribereño a través de una estrategia que combinó, de manera sustentable, la caza –particularmente de carpinchos, tapires, monos, armadillos y vizcachas–, la pesca y la recolección de productos vegetales y animales, por ejemplo, moluscos. Actualmente esta región se encuentra habitada por comunidades Tobas, descendientes de aquellos grupos, dueños de las lagunas, esteros y bañados.Vías de acceso: se debe transitar por la ruta nacional 11, que une la capital de Formosa con la localidad de Clorinda, donde se desvía por la ruta nacional 86. Este camino pasa cerca del límite sur del Parque Nacional, por la localidad de Naick Neck, punto en el que se toma un camino vecinal. Después de recorrer 4 km se llega hasta el área recreativa y a la Seccional de Guardaparques Laguna Blanca.
Otro ingreso es por Laguna Blanca, situada a unos 65 km de Clorinda, tomando un camino vecinal que después de 7 km llega a la Seccional de Guardaparques Estero Poí.
En el área recreativa Laguna Blanca hay un campamento con mesas, sanitarios y fogones. Desde este sector se accede a pasarelas de madera que aproximan al visitante a las márgenes de la laguna, donde las posibilidades de avistar aves y cobrar buenas piezas de caza fotográfica son grandes. Tal vez algún yacaré asome, cauteloso, su hocico y sus ojos, o esté tomando sol entre la vegetación flotante de la laguna.
También existe un mangrullo que brinda una hermosa vista panorámica de la laguna y los ambientes que la circundan, como guajozales, totorales y las isletas de bosque que se presentan como manchas verdosas salpicadas de tanto en tanto por palmares de caranday. Es aconsejable ver, desde este lugar, los espectaculares atardeceres cuyas fotografías se difunden en folletos y publicaciones.
Recorridos: desde este lugar nacen dos senderos de interpretación:
* Sendero a la laguna Blanca: se llega caminando por pasarelas a través de un pehuajozal, donde es muy probable ver carpinchos o yacarés entre achiras de flores amarillas y enredaderas, además de distintas aves palustres. En la laguna se puede realizar navegación sin motor.
* Sendero «Los tesoros ocultos de la Naturaleza»: recorre una porción de monte y un pehuajozal.
Cerca de la seccional de guardaparques Estero Poí, también existe un campamento agreste y parte un sendero de interpretación:
* Sendero «Los secretos del Monte»: en sus 1.200 metros de recorrido da a conocer, fundamentalmente, las diferentes especies vegetales que crecen en el Parque.
Por camino vehicular, acercándose al río Pilcomayo, donde existe un campamento agreste, se inicia otro sendero:
* Sendero vehicular interpretativo «¿De quién me hablan?»: partiendo de la Seccional Guardaparque Ricardo Fonzo. Se transita 5.000 metros por sabanas con palmeras, bañados, isletas de monte y selva en galería, llegando hasta la costa del río Pilcomayo.