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¿Qué es un dominio? en Internet
Uno de los primeros pasos al iniciar un proyecto web será registrar tu dominio. Pero, ¿qué es y para qué sirve un dominio? A continuación te contamos todo lo que necesitas saber sobre los dominios.
Al iniciar cualquier proyecto en internet empezarás a toparte con palabras y conceptos de los cuales probablemente no tengas muy clara su función o su utilidad: Registro de dominios, extensiones de dominio, servicios de hosting web, diseño web, Optimización SEO, etc. Desde aquí trataremos de arrojar algo de luz sobre el asunto y clarificar el entramado de conceptos implicados en el hecho de que tu página web pueda estar online y sea fácil de encontrar para tus visitantes.
Pero vayamos paso a paso. Por el momento, descubre la importancia de una de las que seguramente más has oído hablar: Los dominios de Internet.
¿Qué es un dominio?
Simplificándolo mucho, el dominio sería el nombre único y exclusivo que se le asigna a tu página web en Internet. Sería algo así como el equivalente de la matrícula de tu auto, pero aplicado al contexto de tu página web. Este dominio será exclusivo para tu web y no se le podrá asignar a ninguna otra página web. Gracias al dominio que has vinculado a tu página web, aquellos usuarios que te busquen en Internet por ese nombre te encontrarán fácilmente y podrán acceder a tu contenido.
El dominio se utiliza para “humanizar” la Red y hacer la navegación más sencilla y accesible para las personas. Suponemos que te resultará más sencillo recordar, por ejemplo, el dominio diginota.com que los ocho dígitos que puede contener una dirección IP multiplicado por las decenas de portales y páginas web que visitas a diario. Obviamente, el funcionamiento a nivel técnico que hay tras esta sencilla explicación es algo más complejo que eso, ya que lo que realmente se encuentra tras un nombre de dominio es una dirección a un servidor DNS (de las siglas en inglés de Sistema de Nombres de Dominio), que a su vez enlaza con la dirección IP del ordenador en el que están alojados los archivos que forman tu página web creando así un nexo de unión entre el nombre de dominio que los usuarios escriben en su navegador para encontrarte y tu página web.
Además, los nombres de dominios permiten desvincular a las páginas web de las direcciones IP de los servidores en los que se guardan los archivos de tu web. Es decir que, si por ejemplo, tienes una web alojada en un servicio de hosting gratuito, y quieres mejorar las prestaciones de tu página web cambiándola a una empresa que te ofrezca servidores con un mejor rendimiento, solo tendrás que migrar los archivos de tu web al servidor del nuevo servicio de alojamiento web y configurar la dirección IP del dominio con los datos del nuevo servidor que almacena los archivos de tu web. Tu nombre de dominio continuará siendo exactamente el mismo y quien te busque en internet encontrará tu página web con la misma facilidad que antes, aunque el ordenador (servidor web) donde realmente se almacenan los archivos de tu página web haya cambiado.
Historia de los dominios
Para conocer el origen de los nombre de dominio debemos remontarnos a la tierna juventud de Internet, cuando este recibía el nombre de ARPANET y estaba formado por apenas un puñado de ordenadores alojados en universidades u oficinas gubernamentales. Antes de usar este sistema de nombres de dominios, todos los ordenadores de ARPANET estaban registrados en un archivo llamado hosts. txt que se sincronizaba en todos los ordenadores que formaban parte de ARPANET.
De esa forma todos conocían las direcciones de todos. Pronto descubrieron que este sistema era poco eficiente y decidieron centralizar el archivo en un solo servidor al que se conectaban el resto de ordenadores de la red, hecho que al poco tiempo y a medida que iba creciendo ARPANET, tampoco tendría demasiado éxito ya que se producían continuos errores de sincronización entre los distintos ordenadores que formaban la red. Ante esta situación, los ingenieros Paul Mockapetris y Jon Postel propusieron crear un sistema de nombres de dominios (Domain Name Sistem, DNS) que administraría el Departamento de Defensa de EEUU.
Este sistema permitiría asociar los nombres de dominio, previamente registrados, a las direcciones IP de los ordenadores conectados a la red de una forma más sencilla y eficiente. Esa fue la semilla de lo que más adelante se convertiría en Internet que, básicamente, mantiene el mismo concepto en la actualidad, aunque con un volumen muy superior de dominios registrados. A raíz de esa nueva organización con nombres de dominios de la red, se añadieron las extensiones de dominio que permitirían catalogar y estructurar mejor el uso que se hacía de los distintos dominios. Así, en 1985 se comenzaron a usar seis extensiones de dominio que todavía continúan muy vigentes:
- .com (comercio),
- .net (infraestructuras de red),
- .org (organizaciones),
- .gov (gobierno y entidades públicas),
- .mil (Departamento de Defensa de EEUU)
- .edu (servicios de educación).
Nombres de dominios
Los nombres de dominio están compuestos por dos partes: el nombre y la extensión del dominio. El nombre es el que realmente te identifica ante tus visitantes. Este deberá ser fácil de recordar y relacionar con tu negocio. Puede ser tu propio nombre, el nombre de tu negocio, tu actividad profesional o cualquier nombre o frase que se pueda relacionar con la temática de tu página web. Si la elección de un nombre de dominio adecuado para tu web es importante para que los usuarios te recuerden, su extensión no lo es menos ya que un mismo nombre de dominio puede tener varias extensiones distintas como por ejemplo Google.com, Google.es, Google.fr, etc.
Servidores DNS:
[gn_note note_color=»#f6f983″ text_color=»#0b0909″ radius=»12″]Los servidores DNS son unos ordenadores que actuan de intermediarios entre el usuario y el servidor donde se aloja la pagina web que quiere visitar. En el se encuentran registrados todos los nombres de los dominios y su correspondiente direccion IP.[/gn_note]
Sobre la extensión del dominio o Dominio de nivel superior, como técnicamente se conoce a esta parte de la anatomía del dominio, recae la parte más administrativa ya que es la que determina la correcta catalogación y estructuración de tu página en Internet.
Las extensiones de dominio deben ser acordes con la actividad o temática que se trata en la web o su situación geográfica y deben ser aprobadas por un organismo regulador internacional que las administra llamado ICANN (siglas en inglés de la Corporación de Internet para la Asignación de nombres y números de Dominios).
Estas gestiones administrativas las tienen que realizar los registradores de nombres de dominios autorizados, que son empresas acreditadas ante la ICANN y que actúan en tu nombre para realizar todos los trámites ante este organismo para que el nombre y extensión de dominio que has elegido se te asigne y pueda comenzar a funcionar.
Gestión de los dominios
Como ya has visto, en la parte más alta de la pirámide organizativa de los dominios de internet se encuentra el organismo internacional ICANN.
ICANN es una organización sin ánimo de lucro que gestiona la asignación y administración de dominios y garantizar que no se repitan ningún caso. Es decir, que tú y solo tú puedas utilizar el nombre de dominio que has elegido. No obstante, la ICANN solo gestiona directamente un cierto tipo de dominios. Los llamados dominios ccTLD (siglas en inglés de dominio de nivel superior geográfico) están administrados por organizaciones sin ánimo de lucro de cada país coordinadas con ICANN y que actúan como organismo patrocinador o promotor. Podemos decir que son algo así como sucursales territoriales de ICANN en cada país o región. A esta categoría pertenecen por ejemplo los .es (para España), .mx ( para mexico), etc.