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Razones para dejar Facebook, y la menor es la privacidad.
Nadie visitaba los timelines ajenos de Facebook (esa nueva manera de representar nuestra biografía tan bonita como inútil) hasta que hace unos días se desató el rumor: por un error, algunos mensajes privados enviados entre 2007 y 2009 aparecían publicados. De repente todo el mundo intentaba recordar algún mensaje comprometedor que pudiese salir a la luz, y pensando qué amigo podría tener el muro más jugoso.
Yo mismo investigué si mis conversaciones privadas habían dejado de serlo, pero era imposible saber si ese «hola tío que pasa cuanto tiempo a ver cuando caen unas cañiiiitaaaassss lokoooo» había llegado a mi vida en forma de mensaje o de publicación en el muro; de hecho era imposible entender por qué había llegado a mi vida.
Bulo o verdad, el rumor desató una idea impensable para la mayoría hace un año: abandonar Facebook. A mí, que llevo tiempo observando la actitud de mis amigos en la red azul, no me pilló de nuevas. Pero no porque me preocupe mi privacidad, como el lector atento se habrá podido dar cuenta a estas alturas, sino por una razón mucho más poderosa: el aburrimiento. ¿Aburrimiento de qué? Pues de todo esto:
1. Tus amigos son aburridos: y esto es algo que reconoce la propia red social. ¿Por qué si no tanto juego y tanta aplicación chorra que nos entretenga durante unas horas? Porque sin ellas, si de nuestros conocidos dependiese generar contenido interesante, hace tiempo que Facebook sería como… Google+. Tengas 20 o 1.000 amigos, todos se dividen en los 3 mismos grupos: amigos demasiado parecidos a ti como para que te sorprendan, conocidos demasiado diferentes como para que te interesen y familiares que tienen la foto de su mascota animal o su vehículo como avatar. Y si cualquiera de ellos ha sido padre recientemente. Pobre de ti.
2. Facebook es aburrido: Pensemos en la personalidad que se esconde detrás de cada gigante tecnológico. Apple es el millonario que tocó fondo y tras renacer de sus cenizas domina soberbio, perfeccionista y un poco loco a los miembros de su secta global. Google es el científico bondadoso que se hizo rico muy pronto, invierte sus millones en salvar al mundo y de vez en cuando le mete una paliza a un mendigo «por su bien». Incluso Amazon es un gerente gris y sonriente que sigue vistiendo como cuando trabajaba de encargado del Zara, pero que un amigo te ha informado de que tiene más dinero que el propio Amancio. Básicamente, Tony Stark, Ozzymandias y Gus Fring, personalidades complejas y poliédricas que nos inspiran e intrigan.
¿Y Facebook? Pues la personalidad de Facebook es… ¿La de Raúl? Desde que es la red más popular, no ha lanzado un iPad, un Gmail, un solo servicio que nos acerque al futuro absoluto. Para que os hagáis una idea, en las fechas en las que Google anunció las Google Glasses, un prototipo irrealizable y absurdo que nos hace soñar con vivir en un futuro peor y más molón, ¿sabéis qué hacía Facebook? Salía a Bolsa. Y se hundía. Mark, en serio, deja de ser tu propia caricatura.
3. Tú eres aburrido: El gran daño que causó el bulo (o no) de los mensajes privados no fue vender nuestra privacidad, sino hacernos revisar nuestros 4 últimos años de vida. Fotos en los bares a los que sigues yendo, viajes que no dejaron marca en ti, comentarios ingeniosos que podrías decir ahora igual que hace diez años… Facebook es un diario cruel e implacable que al releerlo nos enseña, sin el filtro del olvido, lo que realmente éramos. Y éramos lo mismo que ahora: un coñazo. Mi recomendación: silenciar este taquígrafo automático y esperar a que se nos olvide nuestra vida para escribir nuestra biografía. Seguro que nos gusta más.
Visto: GQ.com