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Resuelta una de las mayores dificultades para viajar en el tiempo
Un científico israelí asegura haber resuelto una de las mayores dificultades para viajar en el tiempo, ya que su máquina no requiere materia exótica y utiliza el vacío que existe en el espacio para viajar a través del tiempo. Su máquina podría ser construida por una civilización más avanzada que la nuestra dentro de 100 o 200 años y elude las complicaciones de los modelos teóricos actuales, que requieren materia exótica (con una densidad de energía negativa y una presión negativa mayor en magnitud que la densidad de la energía) y una capacidad de ingeniería extraordinaria para recrear en laboratorio las energías de los agujeros de gusano. En cualquier caso, el viaje en el tiempo sigue estando en el ámbito de la especulación teórica, si bien hay nuevas propuestas para minimizar sus contradicciones filosóficas.
Una de las mayores dificultades para viajar en el tiempo ha sido resuelta por el físico teórico Amos Ori, del Israel Institute of Technology en Haifa (Technion), informa la revista Nature.
Amos Ori describe una máquina para viajar en el tiempo que podría ser construida por una civilización más avanzada que la nuestra dentro de 100 o 200 años. Esa máquina tendría la capacidad teórica de provocar una curvatura del espacio con un campo de gravedad local en su interior suficientemente poderoso que sería en la práctica una máquina para viajar en el tiempo.
En un artículo publicado en la revista Physical Review Letters, Ori se apoya en las teorías de Einstein para afirmar que el espacio puede curvarse hasta crear un campo de gravedad interno capaz de arrastrar consigo al espacio y el tiempo próximos.
Añade que las matemáticas demuestran que cada período de tiempo, desde que se crea ese campo de gravedad hasta el presente, se encuentra en su interior y que lo único que falta es calcular cómo llegar a ese punto.
Tal como explicamos en otro artículo de Tendencias, las teorías especial y general de la Relatividad de Einstein, escritas en 1905 y 1916 respectivamente, mostraron que muy altas velocidades o una intensificación de la gravedad, pueden curvar el tiempo de la misma forma que lo haría una pelota sobre una lámina de goma. Cuanta más elevada es la velocidad o más intensa la gravedad, mayor es la curvatura del tiempo, más conocida como dilatación.
Intensificación de la gravedad
Lo que aporta Amos Ori con su nueva teoría es que esta intensificación de la gravedad, todavía meramente terórica, es factible de posibilitar los viajes a través del tiempo, de la misma forma que se ha especulado con los agujeros de gusano como máquinas susceptibles de permitir a las personas viajar al pasado o al futuro.
Paul Davies, el fisico que en 2001 publicó un libro sobre cómo construir una máquina del tiempo a partir de los agujeros de gusano, considera que la aportación de Amos Ori contribuirá a conseguir el viejo sueño humano de viajar al pasado o al futuro.
Según Davies, la fabricación de una máquina para viajar en el tiempo necesita de dos agujeros negros unidos entre sí a través de un agujero de gusano, que de esta forma sería, literalmente, una puerta al pasado.
Davies, Thorne, Novikov
El físico norteamericano Kip Thorne fue el primero que a mediados de los años ochenta reflexionó sobre cómo podría fabricarse una máquina del tiempo. Davies explicó más tarde cómo la tecnología del siglo XXI facilitaría este cometido. Para Stephen Hawking, la fabricación de la máquina del tiempo es más una cuestión de dinero que de física. Igor Novikiv, desde la Universidad de Copenhague, investiga asimismo la capacidad de los agujeros negros para permtir el viaje a través del tiempo.
La aportación de Amos Ori constituye un desarrollo de los intentos formulados hasta ahora por Davies, Thorne y Novikov, si bien no deja de ser una especulación a la que se añaden dudas respecto a la capacidad de que la máquina de Ori pueda superar la inestabilidad del vacío creado dentro del campo de gravedad que usaría para viajar en el tiempo.
Ori destaca que la principal ventaja de su modelo es que sólo requiere materia normal y el vacío que existe en el espacio para viajar a través del tiempo, frente a las otras posibilidades que demandan materia exótica (con una densidad de energía negativa y una presión negativa mayor en magnitud que la densidad de la energía) y una capacidad de ingeniería extraordinaria para recrear en laboratorio las energías de los agujeros negros.
¿Sirven los agujeros de gusano?
Su propuesta se pone sobre la mesa después de que dos profesores de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos, Stephen Hsu y Roman Buni, sembraran la duda sobre la viabilidad de los agujeros de gusano para viajar a través del tiempo, ya que según sus estimaciones el viajero del tiempo que utilice este recurso puede aparecer en cualquier lugar o en cualquier época, y no tendría control alguno sobre la situación.
Tal como explican en este artículo ambos autores, dada la inestabilidad de los agujeros de gusano, el viaje a través del tiempo podría trasportar a una persona a un tiempo infinitamente remoto en el futuro o en el pasado. La solución que proponen es utilizar para el viaje en el tiempo un agujero de gusano más estable que permitiría disponer de una mayor capacidad de elegir el destino temporal.
Consideran que el mejor modo de estabilizar un agujero o de crear uno que sea suficientemente estable es ‘inyectarle’ materia exótica, algo que sigue siendo algo hipotético en términos científicos. La propuesta de Ori elimina esta dificultad teórica.
En realidad, nada indica que las investigaciones teóricas puedan derivar todavía en la capacidad real de viajar a través del tiempo, si bien ello no impide que proliferen iniciativas y propuestas que alimentan periódicamente esta antigua aspiración humana.
Menos dificultades filosóficas
Las dificultades filosóficas que plantean los viajes en el tiempo siguen siendo por el momento más pequeñas que las técnicas, pero no por ello dejan de ser importantes, si bien en este campo han surgido nuevas teorías.
Según Newscientist, investigaciones recientes realizadas por científicos de Estados Unidos y Canadá apuntan a que viajar en el tiempo hacia el pasado podría no originar una paradoja irreparable, esto es, que el presente que conocemos quede modificado por nuestra visita al pasado.
Es decir, si viajamos al pasado no podemos hacer desaparecer a nuestro abuelo, por ejemplo, provocando que nosotros mismos dejemos de existir, sino que sólo podríamos ir a echar un vistazo.
Según estos físicos, la paradoja del viaje en el tiempo y sus “peligros” para el presente que conocemos, acaba bajo la perspectiva de la mecánica cuántica. Según ésta, el comportamiento cuántico, es decir, el de las partículas subatómicas, no se rige por las leyes newtonianas, sino que se mueven en una nube de probabilidad antes de que algo sea observado.
Presente cuántico
Una vez que esa observación se produce, las probabilidades se reducen a una, de manera que el universo se crea continuamente en la interacción. Con el presente pasaría algo parecido: si conocemos un presente, éste es el concreto, luego ir al pasado no podría modificar lo que ya existe. El artículo original que explica esta teoría ha sido publicado en Arxiv.
Al margen del discurso científico sobre los viajes en el tiempo, existe un creciente interés social por esta temática. Wired informó recientemente de la Segunda Convención del Viaje en el Tiempo celebrada en el Massachusetts Iinstitute of Technology (MIT) a iniciativa de unos estudiantes, así como del Día del Destino que tuvo lugar en Australia el marzo pasado sobre el regreso de viajeros del tiempo.
The New York Times relata asimismo el debate del MIT sobre los viajes en el tiempo, poniendo en evidencia la disparidad de criterios en el seno de la comunidad científica, así como la creciente importancia que esta temática adquiere en determinados ambientes universitarios.
Las leyes de la física no dicen que sea imposible viajar en el tiempo. De acuerdo con las teorías de Albert Einstein, el continuo espacio-tiempo se puede curvar sobre sí mismo, lo que permitiría los viajes al pasado o al presente.
El hombre: una máquina del tiempo
De momento sólo hemos sido viajeros del tiempo en una única dirección: el futuro. La teoría de la Relatividad de Einstein reveló la posibilidad de producir los viajes hacia el futuro gracias al alcance de velocidades cercanas a la luz: una persona que pase un año terrestre en una nave espacial que viaja casi a la velocidad de la luz hará que su tiempo corra más despacio, por lo que, cuando pase lo que para él era un año, volverá a una Tierra en la que ha pasado más tiempo, es decir, que está en el futuro.
Los viajes al pasado también son teóricamente posibles. La teoría muestra que la gravedad curva el espacio tiempo y los teóricos señalan que podría haber regiones del espacio tiempo que se curven naturalmente, o por intervención humana, hacia sí mismas, lo que permitiría la vuelta atrás en un punto determinado.
El concepto del viaje en el tiempo atrae constantemente a la mente humana y a varias manifestaciones del arte: literatura y cine especialmente se han visto tentadas por la posibilidad de viajar al pasado o al futuro.
Por Eduardo Martínez de Tendencias Científicas | Fuente: TENDENCIAS CIENTÍFICAS